ROMANCE DE LAS SEÑAS DEL MARIDO

–Soldadito, soldadito,

¿de la guerra viene usted?

–Sí, señora, de allá vengo,

¿por qué lo pregunta usted?

–Por si ha visto a mi marido

en la guerra alguna vez.

–Si lo he visto o no lo he visto,

dígame las señas de él.

–Mi marido es alto y rubio,

vestido de coronel,

y en la punta de la espada

lleva un pañuelito inglés,

que lo bordé cuando niña,

cuando niña en mi niñez.

–Por las señas que me ha dado,

su marido muerto es,

y en su testamento ha dicho

que me case con usted.

–Eso sí que no lo hago,

eso sí que no lo haré;

siete años lo he esperado,

otros siete esperaré;

estas tres hijas que tengo

¿dónde las colocaré?

Una en casa de doña Ana,

otra en casa de la Inés,

y la más chica que tengo

conmigo la dejaré,

pa que me lave y me planche

y me haga de comer.

–¡Mire usted, la picarona,

si se supo defender,

siendo yo su amado esposo

y ella mi amada mujer!

------------- Otra realidad !!




 

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